Les
contamos que, a lo largo de este periodo 2017, seguimos experimentando,
vivenciando y disfrutando actividades en nuestro espacio acuático, que tuvieron relación con el
conocimiento del propio cuerpo, a partir del registro corporal, en
tanto a dos ejes: EL TIEMPO Y EL ESPACIO.
Estos
registros se conjugan y se re-significan en cada uno de nosotros de
manera
particular
en el agua y fundamentalmente por medio del diálogo tónico-corporal
entre madre/padre/acompañante e hija/o.
Es
por lo anteriormente expuesto que nuestros encuentros se basan en
proponer un espacio de experiencias creativas y significativas
utilizando el agua como medio y las técnicas de natación en una
modalidad de juego corporal, grupal e individual, para que cada uno
pueda expresarse, comunicarse, conocerse y desarrollarse motriz,
psíquica y emocionalmente.
Seguimos
trabajando durante este ciclo, con la voz del acompañante, como
recurso para organizar, vehiculizar y complementar las actividades
propuestas en el agua.
El
ver lo que los otros hacen, puede aportar una imagen que contribuye a
la propia ejecución en tanto semejanza o diferencia con otros, por
ello también la grupalidad que se promueve en el espacio es
fundamental.
Por
otra parte, el Juego es la manera que tiene el niño/a para mostrarse
a sí mismo y a los demás, siendo una forma de expresar sus
sentimientos y emociones, de descubrir su entorno y de interactuar
con su cuerpo y los objetos, es por eso de vital importancia para
nuestro trabajo en el agua.
La
psicomotricidad en el agua, abre un espacio a la autonomía corporal
y psíquica
favoreciendo:
• la
expresión y comunicación,
• la
seguridad y dominio de sí,
• la
activación sensorial,
• la
tonificación y relajación muscular,
• el
surgimiento del juego corporal y simbólico fundamentales para el
desarrollo y crecimiento, permitiendo:
• dominar
el cuerpo,
• dominar
diferentes movimientos,
• el
equilibrio del cuerpo en el agua y sus re-equilibraciones,
• tener
nuevas experiencias sensoriales, perceptivas, comunicacionales,
motrices, socioafectivas, cognitivas, emocionales, entre otras.
• Mejorar
la postura
En
cuanto a lo específico de la natación en nuestro encuadre hacemos
principal
hincapié
en:
• la
familiarización con el agua a través del juego, evitando reacciones
negativas,
• conocimiento
y apropiación del medio acuático,
• la
entrada al natatorio y al agua solos,
• los
diferentes desplazamientos dentro de la piscina,
• el
descubrimiento de equilibrios
• las
diversas formas de zambullirse desde el borde,
• los
juegos individuales y grupales.
Para
ir concluyendo…
El
agua nos provee de algunos recursos para reconstruir esa noción de
unidad, en el agua es posible encontrar ese ritmo propio que nos
resitúa en nuestro eje.
Maria
Laura Hernando
Psicomotricista
Certificación
Universitaria en Estimulación Temprana
Prof.
Nac. Educación Física
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